EUROPA
PRESS
11 septiembre
2023
Fumar
no solo te mata, también te envejece
Un estudio realizado con casi 500.000
personas ha demostrado que fumar acorta los fragmentos finales de los
cromosomas de los glóbulos blancos de nuestro sistema inmunitario. La longitud
de estos fragmentos finales, llamados telómeros, es un indicador de la rapidez
con la que envejecemos y de la capacidad de nuestras células para repararse y
regenerarse.
En su presentación en el Congreso Internacional de la
Sociedad Respiratoria Europea, celebrado en Milán (Italia), la doctora Siyu Dai, profesora adjunta de la Facultad de Medicina
Clínica de la Universidad Normal de Hangzhou e investigadora postdoctoral
honoraria del Departamento de Pediatría de la Universidad China de Hong Kong, ha
destacado que el estudio demuestra que el hábito de fumar y la longitud de los
telómeros son factores determinantes en el envejecimiento de las células.
"Nuestro estudio demuestra que el hábito de fumar y la
cantidad de cigarrillos pueden provocar el acortamiento de la longitud de los
telómeros de los leucocitos, que es un indicador de la autorreparación,
regeneración y envejecimiento de los tejidos, señala. En otras palabras, fumar
puede acelerar el proceso de envejecimiento, mientras que dejar de fumar puede
disminuir considerablemente el riesgo relacionado".
Los telómeros son como las fundas de plástico o metal al
final de los cordones de los zapatos, que impiden que éstos se deshilachen. Son
longitudes de secuencias repetitivas de ADN que protegen los extremos de los
cromosomas.
Cada vez que una célula se divide, los telómeros se acortan
ligeramente, hasta llegar a ser tan cortos que la célula ya no puede dividirse
con éxito y muere. Esto forma parte del proceso de envejecimiento.
La longitud de los telómeros en los glóbulos blancos
(llamados leucocitos) se ha relacionado anteriormente con el tabaquismo, pero,
hasta ahora, apenas se había investigado si el hábito de fumar y la cantidad de
cigarrillos fumados causaban realmente el acortamiento de la longitud de los
telómeros.
La doctora Dai y su colega el doctor Feng Chen, de la
Universidad China de Hong Kong, analizaron los datos del Biobanco del Reino
Unido, que contiene información genética y sanitaria de medio millón de
participantes británicos.
Se analizó si una persona era fumadora, si había fumado
antes o si nunca había fumado, su nivel de adicción al tabaco, cuántos
cigarrillos fumaba (el número de años de consumo de cigarrillos por paquete),
así como información sobre la longitud de los telómeros leucocitarios extraída
de análisis de sangre.
Utilizaron un método llamado aleatorización mendeliana, que
utiliza las variaciones en los genes (conocidas como polimorfismos de un solo
nucleótido o SNP) que se heredan de nuestros padres, para inferir cómo la
exposición a un factor ambiental modificable (como el tabaquismo) está
causalmente relacionada con una enfermedad o condición de salud (como telómeros
leucocitarios más cortos).
La aleatorización mendeliana evita el problema de que otros
factores, a menudo desconocidos, afecten a los resultados, lo que permite a los
investigadores estudiar si un factor concreto es la causa de una afección, en
lugar de estar simplemente asociado a ella.
Los investigadores utilizaron datos de 472.174 participantes
del Biobanco del Reino Unido y 113 SNP relacionados con el hábito de fumar (15
SNP para fumadores actuales, 78 SNP para no fumadores y 20 SNP para personas
que habían fumado anteriormente).
"Descubrimos que el estado de fumador actual se
asociaba de forma estadísticamente significativa con una menor longitud de los
telómeros leucocitarios, mientras que los fumadores anteriores y las personas
que nunca habían fumado no mostraban una longitud de los telómeros
leucocitarios significativamente menor", destaca el doctor Dai.
Entre las personas que solían fumar, se observó una
tendencia hacia una menor longitud de los telómeros, pero no fue
estadísticamente significativa. Las personas que fumaban un mayor número de
cigarrillos presentaban una longitud de los telómeros leucocitarios
significativamente más corta.
"En resumen, señala Dai, fumar puede causar el
acortamiento de la longitud de los telómeros leucocitarios, y cuantos más
cigarrillos se fuman, más fuerte es el efecto de acortamiento".
Según recuerda, "en los últimos años, estudios
observacionales han relacionado el acortamiento de la longitud de los telómeros
leucocitarios con muchas enfermedades, como las cardiovasculares, la diabetes y
la pérdida de masa muscular. Esto significa que el efecto del tabaco sobre la
longitud de los telómeros probablemente desempeña un papel fundamental en estas
enfermedades, explica, aunque se necesita más investigación para comprender los
mecanismos subyacentes".
Por ello, destaca que el estudio se suma a las pruebas de que
fumar causa envejecimiento. "Dado que dejar de fumar tiene claros
beneficios para la salud, es hora de incluir el apoyo para dejar de fumar, así
como el tratamiento, en la gestión clínica diaria para ayudarnos a crear un
entorno libre de humo para la próxima generación", sugiere.
Los doctores Dai y Chen seguirán investigando para validar
los resultados actuales. También están interesados en explorar más a fondo el
efecto de la exposición pasiva al humo en la autorreparación,
regeneración y envejecimiento de los tejidos, sobre todo en la forma en que
podría afectar a los niños.
El profesor Jonathan Grigg,
presidente del Comité de Control del Tabaco de la Sociedad Respiratoria
Europea, que no participó en esta investigación, destaca que el estudio
"muestra una clara asociación entre el tabaquismo y la reducción de la
longitud de los telómeros y (...) será interesante ver qué han encontrado los
investigadores en relación con los efectos del tabaquismo pasivo sobre la
longitud de los telómeros".